En la literatura infantil se ocupa una parte de la literatura clásica editada para que sea comprensible para los niños.
¿Realmente merece la pena traducir estos libros, o habría que centrarse en otro tipo de literatura para los niños?
Personalmente, valoro la literatura clásica como las grandes obras de la literatura y por tanto, su importancia se refleja también en lo que significaron en la época, la forma de pensar y sentir que traen consigo y la forma estética que tienen para acercar esas ideas al público.
Los niños no están preparados para afrontar estos libros que pueden llegar a ser pesados. Por ello hacer estas ediciones es una buena manera de insertarles en la alta literatura y que en un futuro ellos mismos decidan leer a Quevedo, Lorca o a García Márquez.
Leyendo a estos autores los alumnos serán capaces de ampliar sus conocimientos, su vocabulario y su forma de expresarse, su imaginación al descubrir nuevos mundos, mejorar su ortografía, ejercitar la mente para expresarte mejor, se activan las neuronas estimulando el cerebro, te entretienes y además, te vuelves una persona culta.
Al fin y al cabo no olvides que quien lee lo hace porque quiere viajar a otros mundos y otras épocas. Quien escribe tiene afán por crearlos.
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